jueves, 26 de octubre de 2017

RESEÑA CRÍTICA EL RENACUAJO PASEADOR







José Rafael de Pombo Rebolledo, nació el 7 de noviembre de 1833 en la ciudad de Bogotá.  Rafael Pombo, como normalmente se le conoce es llamado el Poeta de los niños  y se le considera como uno de los grandes poetas y narradores del romanticismo hispanoamericano.  En 1846 ingreso al colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde estudió humanidades; en 1848 recibió el grado en matemáticas e ingeniería en el colegio Militar que había fundado recientemente el general Tomas Cipriano de Mosquera.  En 1855 viajó a New York como secretario de la Delegación Colombiana en esta ciudad.  Permaneció 17 años en Estados Unidos, durante los que residió en Washington y Filadelfia, donde fue Cónsul, siendo esta su época de plenitud creadora.

Rafael Pombo, fue coronado como Poeta Nacional el 20 de agosto de 1905, en Teatro Colón.  El 6 de Febrero de 1912, reemplaza a Manuel María Mallarino, como miembro de la academia Colombiana de la Lengua, de la que fue Secretario Perpetuo.  Muere en Bogotá el 5 de mayo de 1912, a la edad de 78 años. La obra completa  de Pombo se público por primera vez en 1916, en cuatro volúmenes.  El primero y el segundo contiene su obra poética; el tercer tomo lo constituyen su traducciones y el último encierra sus fabulas y verdades, cuentos pintados y cuentos narrados para niños formales.

 El Renacuajo Paseador o Rinrin Renacuajo, es tan solo una más de sus grandes creaciones, nombre que incluso a servido para bautizar a hogares infantiles o escuelas de primaria.  En esta obra observamos todas las consecuencias que puede acarrear una desobediencia y como esta acción involucra a otras personas llevándonos e incluso hasta la muerte.  Los jóvenes no miden las consecuencias de sus actos y al final del camino, las consecuencias son grandes quedando solos nuestros padres o nuestros amigos.  Como nos muestra el final de la obra;  “Y siguió saltando tan alto y aprisa, que perdió el sombrero, rasgo la camisa, se coló en la boca de un pato tragón  y este se embucha de un solo estirón…”  Esa es la vida, vivimos dando saltos, queriendo conseguir o encontrar lo que no hemos perdido, tratando de hallar la felicidad, e en esta búsqueda de nuestro destino caemos en la boca de la pata tragona que nos embucha al lugar desconocido y del cual no retornaremos jamás.

Ahora regresemos al tiempo de nuestra juventud donde todo nos parece hermoso y no pensamos que en poco tiempo todo será nostalgia y añoranzas de un pasado alegre…”aflójese un poco chaleco y corbata y yo mientras tanto les voy a contar una cancioncita muy particular”.  En este cuento de Don Rafael Pombo, que parece muy corto y chistoso hay toda una enseñanza de vida, lástima que tan solo sea enseñado como la historia de un sapito que fue comido por un pato; ni siguiera se hace énfasis en los miles de renacuajos que somos devorados diariamente por unos pocos patos y son los que no dejan progresar al país, pues la avaricia económica solo les permite pensar en ellos mismos, sin darse cuenta que también se están convirtiendo en renacuajos paseadores.

Por otro lado este cuento, nos muestra la importancia de los amigos y necesidad de saberlos  escoger para que en caso de emergencia tengamos por lo menos un apoyo.  “…Más estando en esta brillante función de baile y cerveza, guitarra y canción, la gata y sus gatos salvan el umbral y vuélvase aquello el juicio final… don Renacuajo mirando este asalto tomó su sombrero dio un tremendo salto y abriendo la puerta con mano y narices se fue dando a todos noches muy felices…” Así esta nuestra sociedad actual lo vemos a diario cuando el gato fiscalía llega y se le lleva a uno o varios presuntos delincuentes, pronto se escucha decir, que estos prendieron el ventilador y los que antes eran sus amigos rápidamente se convierten en enemigos a los cuales acusan para recibir beneficios, quedando la amistad y el compadrazgo en un segundo plano.  


Luz Estella Barrios Delgadillo
Estudiante VIII –CIDBA    

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